La gente común se alimentaba sobre todo de pan, aceite, queso, aceitunas y si podían un poco de carne de vez en cuando. También tomarían fruta (uvas, higos, manzanas) , frutos secos (almendras y piñones) y verdura (espárragos, lechuga, zanahoria, cebolla y ajo).
Los romanos se tumbaban en una especie de pequeño comedor con sofás que rodeaban una mesita excepto por un lado, que era por donde se llevaba la comida.
María, Pilar y Marco nos hablan hoy de la alimentación de los romanos.
¡Estupendo, equipo!
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